Claridad en tus ojos

Y sin saber lo que sentía te mire con estos ojos que lloraron mares y lamentos por ti, te dije que te amaba; mi corazón latía cada vez más rápido y no supe que más hacer; mire tu boca y entre un abrir y cerrar de ojos las sensaciones eran cada vez más agradables; sin embargo no dejaba de pensar en ella, es sus dulces labios tan diferentes a los tuyos, en ese sabor que se confundía en el aroma, en esos labios que hacían palpitar mi corazón cada vez más.

Al separar esos diferentes labios (siempre haciendo comparaciones por pensar en ella) de los míos supe que algo estaba mal, mi mirada cambio y te dirigí esa falsa mirada que te acostumbraba a hacer, la sonrisa anónima intercambió palabras mientras mi mirada seguía ganando tiempo, sin sospechar te fuiste como si mis sentimientos fueran ciertos, y así mismo no pude evitar pensar en que no lo eran.

Llegue a mi casa con una cara que nunca antes había visto, no podía dejar de pensar en ella y tras de todo seguía pensando en ti. Quise decírtelo una y otra vez pero no seguí los pasos que debí haber seguido; me mire al espejo y me engañe a mí mismo.

La oscuridad me consumió durante el tiempo perdido, todo un año estando tan perdido como si la oscuridad fuera mi único amigo, no supe cómo decirte cuanto lo lamentaba, no supe cómo decirte cuanto me arrepentí de haberte engañado en la forma en como lo hice; la oscuridad se convirtió en mi única compañía, y así, no supe cómo sobrevivir.

El miedo que sentía al poder perderte era inevitable, y eso no te lo niego, aunque podía engañarme a mí mismo a mi corazón nunca, dividido en dos no supo cómo elegir, mi mente interfirió dejándote a un lado; es mi culpa y lo sé, y sin estar en condiciones de pedirte algo, sin escuchar te lo pido, perdóname.

Cometí mis errores y de eso me arrepiento, pero la claridad en tus ojos fue lo que me hizo reflexionar, y aunque te dañe de todas las maneras posibles, siempre supe que a ti, es a quien debí amar.

Fue muy tarde para cuando lo quise intentar, mis sentimientos estaban claros y mi corazón destruido, no te pido otra oportunidad, no te pido que me vuelvas a hablar, pero te lo repito y te lo vuelvo a pedir, perdóname.

Sé que te decepcione, sé que te abandone y sé que te traicione, no fue justo lo que te hice y quise darte las explicaciones que en su momento valían mucho (solo para mi claro está), y que ahora con la cabeza clara sé que no valen nada. De ti ahora me despido, tu nueva vida alejada de mi será mucho mejor, tu felicidad se incrementara y mi orgullo se ira.

(Solo para que lo sepas, nunca te deje de amar).

María Gabriela Rodríguez

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